1 de septiembre de 2007

Agua-Fuego

Agua y Fuego, dos elementos fuertemente atractivos y energéticos, horas de ocio acompañado de la confección de un collage, que me permita explayar sentimientos y liberar un poco la euforia existente en mi interior, necesito gritos, risas, llantos, golpes, carcajadas, masoquismo... Extraño resulta querer plasmar sentimientos, millones pero fortuitos, se escapan de las manos, saturación en efecto, estado de abundantes ideas, pero que al percibirlas tan aglomeradas, resulta que la bolsita estalla y todo se pierde, incluso el hilo conductor de la escritura. El agua lenta y silenciosa, tan escurridiza, tan inodora y pacifica, pura, un símbolo de armonía, y un elemento útil para meditar, y pensar que es lo que hacemos, si las decisiones que llevamos a cabo han sido las correctas o no, pensar de los errores y tratar de no repetirlos, agua que se escapa y escurre, agua que vitaliza y da vida, agua que propone cada día una nueva oportunidad de avanzar y fluir, agua que permite poner la cabeza fría y hacer un stop, meditar y decir, sí, esto es lo que quiero, y esto estoy haciendo. Ahora su contraposición, representada en el fuego, ese fuego versátil, devastador y rompedor, fuego caliente y ardiente, infierno, se nos viene a la mente la imagen del diablo o criaturas mitológicas, como sería un fénix, fuego poderoso y veleidoso, absurdo y veraz, al mismo tiempo que su dominio fue la base del desarrollo humano, y palabras a los vientos, escrituras no uniformes, no compactas, como el fugo, tan impredecible y abrumador, tan ruidoso y agotador, tan doloroso y sofocante. Melancolía es su máximo exponente, miradas tristes y perdidas son su ejemplificación, labios lánguidos y voluptuosos son señal de introspección, y en concreto, los ojos son los labios del alma, las lágrimas giran en nuestra existencia, lloramos de dolor, de pena y de humillación, pero también lloramos de tanto reír, los sentimientos fluyen, son, y dejarlos escapar es lo mejor que se puede hacer, saciar esa euforia, saciar esa ira permanentemente, y liberarse. Hacer un alto y decir sí, que mi camino no es perfecto, pero en cierto modo la perfección está en la imperfección, siempre digo que si existiera ese ente perfecto, sería tal su perfección, que resultaría imperfecto ante los ojos de los imperfectos, es imposible. La vida es perfecta, el cuerpo humano es perfecto, respirar y sentir es perfecto, la vida es perfecta, las aves y animales, los paisajes, el mundo es perfecto, los sentimientos carentes son perfectos, nos dan lugar para luchar por lo que se quiere, sudar y conseguirlo, si todo lo tuviéramos en bandeja sería perfecto, y tal perfección sería imperfecta, Palabras sinceras e improvisadas, pero verdaderas, si lo piensas? creo estar en la razón. Sin duda tenemos todo para ser perfectos, pero esa ansiedad, nos hace tropezar, nuestra libertad nos hace imperfectos, limitarnos a las decisiones que hemos tomado, poner cadenas al cuello y dejarse estar, somos humanos, tanto como los demás, concéntrate en los detalles, en los detalles está la vida, está la perfección, la armonía ideal, la felicidad del alma, y ahí percibes todo con otros ojos, con los ojos del corazón… Un consejo, si te cuesta ver los detalles, podrías probar marihuana, y percibir hasta el más insignificante detalle, y en aquella terapia, te darías cuenta que no somos tan lejanos a esa utopía, que la clave del éxito está en percibir las cosas, salir del propio metro cuadrado y comprender que no estamos solos, que mirar la cordillera, el viento en acción con las hojas y ramas del árbol, ver las nubes y crear figuras, salir de la dimensión en que todo es deberes y obligaciones, sentir detalles, ver la luna enorme y amarilla en cuarto creciente, salir a la lluvia y mirar al cielo abriendo la boca para que una vaga gota toque tu lengua, reír por que esto que tenemos a pesar que pueda ser carente, es perfecto, sentir que no hay límites, y que la utopía no es ajena. Risas y Llantos, como agua y fuego, la vida es una gran sinfonía, de abrazos y caídas, de operas tenues y terribles, y de conciertos armónicos y emotivos, donde do, re, mi y fa somos las personas, en perfecto engranaje. Somos personajes cotidianos, que hacen de su vida una increíble obra de teatro. Ahora abre tus ojos, mira los detalles, y sólo preocúpate de so9nreír, verás como la vida se torna una hermosa melodía, y que somos espectadores del mayor deleite existente, los detalles de la vida cotidiana.

21 de agosto de 2007

Invierno


Sensación de incertidumbre ronda el espacio frío que lentamente comienza a florecer y emitir un brillo diferente, que acompañado de melodías acarameladas y eléctricas, me sugieren que continúe la batalla campal, de hienas que ríen sin sentido, y arpías que se esfuerzan por destrozarte en diminutos pedacitos, donde no queda defensa ni existe un ataque frontal, pero que sientes presente tramo a tramo, minuto a minuto, lento, que poco a poco agota la energía y te suprime en una impensable piscina de fango y lodo, simulando un pantano, que sin piedad opta por emergerte, lentamente, como un bicho diminuto que le ha llegado su hora con tan solo una pisada descomunal y elocuente, que observa ante sus ojos insignificancia por tan solo adquisición material, provocada por un despecho de este frío invierno, que se a encargado de que cada personaje pida la cuenta con melancolía, y a final de cuentas ubique las cosas en el plano cartesiano, donde corresponden, en su propio sitio, y te sorprende el resultado final, que de golpe cambia las expectativas y la concepción que se ha adquirido de mundo, Las miradas indiferentes te parecen familiares, y es que es cierto que el hielo gélido provoca una extraña sensación de pavor, pánico y agitación... todos están en tu contra, todos te observan detenidamente buscando alguna señal de imperfección para abrir su increpúscula y veleidosa cavidad húmeda llamada boca, que podría sin problemas modificarse por el dialecto hocico o pico, que quede a libre albedrío.
Palabras al viento y a las olas, al cielo gris y las nubes cargadas de tensión, a la electroestática que se pierde en su morfosintaxis y ni siquiera se vale por su significado, si no por su compleja y léxica combinación de letras; palabras a las ratas y las serpientes, que recorren imprudente y abruptamente todos los rincones del sitio en que testosterona domina un sexo grotesco y caníbal, de saliva y semen, y que tras la primera fortuita atención de los espectadores, lanza un ataque, pero no directo, si no que lateral y trasero, que te lleva nuevamente al paisaje vacío y helado, de interminables copas vegetacionales repletas de ramas ausentes de hojas, que observas en armonía junto al sonido de las campanas, que tintinean de seco en contracción al viento, como una danza entre dos elocuentes elementos, uno material y otro natural, en un excitante y delicado coito, una enroscadura entre metal y partículas gaseosas vulnerables y desenfrenadas. Palabras al tribunal que exige explicaciones de situaciones latentes y sinceras que no tienen respuestas ante el absurdo juicio que efectúan personajes a parte, que se denominan centrales, olvidando que en el mundo, sólo son uno más. Pronto olvidaremos el frío y la lentitud, pronto el viento tenaz irrumpirá en otros terrenos, la lluvia parará, y finalmente el hielo que ha paralizado la normalidad volará, pronto, llegará la primavera, donde flores, mariposas y calor serán los nuevos augurios que rondarán y se posarán en este aún frío lugar.[/B]

13 de agosto de 2007

Santiago Drug-Magazine


Juegos sordos se emiten desde el interior del paisaje urbano, sirenas de bomberos, carabineros y ambuilancias advierten la tensión y el pánico convergentes de la contaminación acústica y fugaz que se ha producido por efecto de industrialización. Los largos trechos entre las calles y avenidas crepusculares te recuerdan que el tiempo no ha pasado en vano ni mucho menos desapercibido, te dejan simplemente con una ligera sensación de incertidumbre y vacío, puedes observar que como al inducir a tu corriente sanguíneo tan solo un diminuto cilindro verde, como un ave en frente tuyo puede observarte atentamente como si transasemos algúna relación particular de varios años. Escuchas los sonidos atentamente, imaginando mientras plasmas el boligrafo por el papel , la infinita masa de Locomoción que emite frenajes sórvidos, bocinas agripadas y potencia desenfrenada; como el humo "catalítico" que producen los buses del Transantiago, sumados a los feróces emanadores de locomoción de carga pesada (camiones)nos hacen volver a bocinas y congestión, pero esta vez de los automóviles. El ave ha emprendido su vuelo, olvidándo nuestro vínculo anterior, la gente camina en forma paulatina, pero permanente yconstante, es invierno y temprano aún,añadiendo la isólita e inusual nevazón en toda la región Metropolitana, cosa que no se veía hacía unos 40 años (según expertos, ni siquiera mi persona estaba viva)y que mantenía albergados en sus hogares, y los transéuntes, tapados en abrigo y cobijo y tiritando incontrolablemente, fenómeno que a disminuído por el día la fiebre capitalina, enagenada que avanza sin rumbo en caravanas de eternas gentes circulando. Se ha apartado el SMOG saturado de los cielos Capitalinos, brindando un hermosos trasfondo gris a la espléndida masa urbanística-arquitectónica basada en edificaciónes clásicas en perfecta armonía con las modernas, que lleva en la actualidad una magistral colección de estructuras futuristas, que acompañados del verde y sus derivados naturales, proponen una maravillosa vista, como diría, ideal para la fotografía de una postal, en pleno centro de la nostálgica Alameda, que te provoca melancolía, te recuerda mil imagenes al interior de tu cabeza en forma precipitada. Las horas pasan cada vez más a prisa sin ninguna consideración, los minutos te resfriegan en la cara, proponiéndote actuar, o si no se apoderará ràpidamente de tí, dejandote atrás del resto. Mañana quizás salga el Sol, haciéndonos alivinar un poco la sencibilidad provocada por el frío congelante.