25 de julio de 2012

CARPE DIEM

¿Qué se puede hacer si tienes la real convicción de dejar la droga, pero al momento de tenerla frente a tu nariz no ser capaz de decirle que no? ¿Por qué gustarme tanto aquellas sustancias, si no me llevan a nada bueno? Ni el efecto que provoca en mi organismo, ya que sólo renace esa necesidad de sentir que estoy consumiendo, sabiendo que media hora más tarde estaré seco de duro, con la tele encendida, recostado en mi cama mirando fijamente el techo. Si lo pongo en una balanza es lógico que tendría que haber perdido todo el gusto de raíz por las sustancias estupefacientes, pero al contrario, siento que he agotado todos los recursos para convertir, y realmente ya estoy cansado de buscar sustentos para alimentar una gula, de la que soy dueño, pero en la que me siento atrapado. Necesito el coraje para comenzar a recoger los trozos que quedan de mi corazón, y volver a armarlo, para así volver a ser la persona LIBRE que tome las riendas de su vida, Quizás pienso de esta forma tan insípida e incierta, por que siento que estoy volviendo a este comenzar, es un complejo y siniestro paréntesis, que si continúa terminará por seguir haciendo gravilla mi personalidad, y así dañar a los que más me quieren, y sé necesitan de mí... Carpe Diem, Así sea.